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Las autoridades intentan desenmarañar el pasado de Salman Abedi para saber que le pudo ocurrir a un joven de 22 años para hacerse explotar en el Manchester Arena, causando la muerte de 22 personas. El último asesino yihadista nació en el Reino Unido y era hijo de padres libios. Algunos conocidos de su infancia le han descrito como alguien “normal” e incluso “amigable”, adjetivos que acompañan a muchos de los que deciden dar un giro a su vida y convertirse en siervo del terror. La familia vivía en Fallowfield, un barrio al sur de Manchester, desde hace al menos diez años. La ministra de Interior británica, Amber Rudd, ya ha manifestado que es posible que Abedi no actuara solo.
La universidad de Salford, en Manchester, ha confirmado que Abedi estudiaba allí, aunque ha declinado dar más datos debido a la investigación. Hoy mismo, la policía francesa se ha puesto en contacto con la británica y le ha comunicado que el suicida viajó recientemente a Libia y que es posible que también lo hiciera a Siria. El diario inglés Telegraph ha informado de que se está llevando a cabo una investigación sobre si podría haber alguna conexión con yihadistas procedentes de Libia y asegurando que en el sur de Manchester existe una importante actividad de reclutamiento yihadista. El Daily Mail, por su parte, se ha puesto en contacto con el padre de Abadi, que se encontraba en Trípoli, que ha asegurado que su hijo es inocente.